POR:POR: PIJAMASURF - 10/29/2020
SPINOZA SEÑALA QUE EL BIEN MÁS ALTO AL QUE PODEMOS ASPIRAR ES A UNIR NUESTRA MENTE CON EL UNIVERSO.
Más allá de que esta clasificación es problemática y se podría argumentar que contradictoria, hay claramente una tendencia a buscar una espiritualidad personal, libre de las instituciones, la cual se exhibe fundamentalmente en un deseo de tener experiencias significativas que tienen que ver con la naturaleza, ya sea experimentando con plantas psicoactivas, a través de la contemplación estética o a través de la acción política (especialmente en lo referente al problema climático) en la que el mundo se vuelve la polis y la interdependencia cobra una especie de valor ético y espiritual.
En su Tratado sobre el mejoramiento del entendimiento, escrito en 1656, Spinoza explica lo que es el bien más alto. Primero, el filósofo observa que aquello que llamamos "bueno o malo" tiene una cierta cualidad relativa, pero entiende que el ser humano tiene razones para designar como bueno aquello que lo lleva a la "perfección", que es una conformidad con el orden eterno. El cosmos de Spinoza se caracteriza por ser una especie de máquina u organismo perfectamente aceitado, "maravillosamente arreglado" (según Einstein), que sigue leyes que encarnan principios eternos. Spinoza puntualiza que el más alto bien consiste "en el conocimiento de la unión entre la mente y la totalidad de la naturaleza". Esta es la unidad entre el pensamiento y la extensión, unidad de los atributos de la sustancia divina. Se trata de una unión intelectual, pero Spinoza habla de esto en términos eróticos: "el amor intelectual de la mente hacia Dios es parte del amor infinito con el que Dios se ama a sí mismo". Al mismo tiempo, ya que no hay diferencia última entre el cuerpo y la mente, es una unión física, que se expresa como amor. Esta unión se entiende, señala, a través de su acción en el cuerpo, "en el que vemos cómo a través del conocimiento y el sentimiento de cosas corporales, surgen en nosotros todos los efectos de estar constantemente volviéndonos conscientes del cuerpo, por medio de los espíritus [vitales]".
Spinoza dice que todos los esfuerzos del intelecto y de la educación misma deben ponerse al servicio de esta unión con la totalidad de la naturaleza que es, al mismo tiempo, la unión con Dios. Enfatiza la importancia de una "filosofía moral", pero siempre está presente la noción de "cuerpo-mente" y resalta la importancia de la salud física para hacer esto. Sin embargo, lo principal es "un medio desarrollado para mejorar el entendimiento y purificarlo". En este sentido hay una forma de imitatio dei, de hacerse como Dios a través de la pureza del pensamiento, que es sustancia eterna e infinita.
¿En qué consiste esa unión con la totalidad de la naturaleza para el ser humano que existe en la Tierra? Como ya vimos, hay un principio erótico, una relación de admiración y deseo para con la divinidad, aunque esto es motivado y ejecutado por un "amor intelectual". En este sentido, Spinoza quizá se aleja de lo que vemos en las muestras modernas de espiritualidad que tienden a una cierta devoción de la naturaleza y que buscan una experiencia integral de conexión con algo vivo. Y es entendible, pues como criticaron Heidegger y otros, un Dios que es meramente leyes e intelecto no genera naturalmente que alguien se "arrodille" o baile en éxtasis. El Dios racional de Spinoza difícilmente sabe bailar. Y, sin embargo, hay una forma de conciliar esto, y ciertamente Nietzsche puede concebirse en diálogo fecundo con Spinoza.
Unirse a la totalidad de la naturaleza es unirse a la necesidad, a los procesos vitales, energéticos del mundo, a la masa de poder que se manifiesta, con aceptación y reverencia. Una identificación en el corazón de la materia, que admite aun el sí del espíritu, incluso aunque este sí, esta aparente libertad, sólo sea para hacerse a un lado, para dejarse atravesar y anonadar por la luz de "Aquel que es todas sus estrellas".
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